El reto de la educación universitaria: cómo conectar con los alumnos del futuro
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La educación
universitaria es industria con creciente competencia, en un contexto cambiante
y, además, marcada por los cambios demográficos y culturales de una sociedad en
constante evolución
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Posicionarse como
centros de producción de talento, pero también como generadores de experiencias,
será un reto que solo se podrá superar siendo conscientes y actuando en
consecuencia.
El sector educativo superior lleva años registrando
altos niveles de competitividad. En consecuencia, la guerra por el alumnado es cada
vez mayor y la necesidad de captar estudiantes se ha convertido en una
necesidad prioritaria.
En
estas circunstancias, la comunicación y el marketing digital son las dos
herramientas fundamentales para atraer a estos futuros profesionales. Pero ¿qué
valoran los alumnos? ¿Qué palancas comunicacionales debemos tener en cuenta
para conectar con ellos? En el informe: “Comunicar en plena revolución
educativa”, LLYC analiza el contexto actual e ilumina el camino a los centros
educativos, y subraya las claves para comunicar de manera eficiente en plena
revolución educativa.
Las claves para captar la atención de los alumnos
Como
hemos visto, el sector de la educación superior se encuentra ante uno de los
mayores cambios de paradigma de su historia reciente. Es una industria con
creciente competencia, en un contexto cambiante y, además, marcada por los
cambios demográficos y culturales de una sociedad en constante evolución.
Ante
esto, las universidades, las escuelas de negocio y los demás centros deben
potenciar su atractivo a través de la comunicación para atraer el interés de
los futuros estudiantes. Y dar un paso más: generar entre la comunidad
estudiantil un sentimiento de pertenencia que capte la atención de generaciones
futuras. ¿Cómo conseguirlo? ¿Cuáles son los highlights que debemos considerar?
Continuar
gestionando la reputación de los centros, siendo conscientes de que en el caso
de los estudios de grado es un factor determinante, y de que, en el caso de los
posgrados, existen otras variables como el precio, el acceso a becas o la
posibilidad de cursar los programas online. En estos últimos, el reto es lograr
desarrollar una propuesta de valor que integre todas estas variables.
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Si analizamos los
factores de decisión a la hora de decantarse por estudios superiores,
encontramos aspectos que podríamos considerar más evidentes, como la calidad
del profesorado o la institución que respalda el título, pero también otras
palancas menos competidas y en las que existen ventajas competitivas, como puede
ser el orgullo de pertenencia.
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Los alumni son unos
de los prescriptores más eficientes a la hora de la recomendación. Sin embargo,
es importante que esa recomendación vaya acompañada de hechos (en forma de las
oportunidades profesionales logradas tras esos estudios, o la trayectoria
posterior), ya que se percibe que la opinión de los alumni puede trasladar un
cierto sesgo (“toda la persona que ha hecho un máster (...) te va a recomendar
ese máster”).
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En cuanto a la
gestión de la comunicación y cómo se relacionan con las nuevas generaciones,
las universidades tienen ventajas competitivas y camino por recorrer: adoptar
un papel más transparente, conversar honestamente con esas generaciones y estar
en los mismos canales con formatos atractivos.
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Del mismo modo que
todas las marcas aspiran a ofrecer experiencias-cliente memorables, la
experiencia académica ha de ser también única. Eso pasa por anclarse en la
personalización y poner al estudiante en el centro, empleando herramientas como
la tecnología, la cocreación o la medición.
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Y, por último, en
un contexto de revolución tecnológica y apuesta por lo digital, la educación
superior tiene en la hibridación, a través de innovaciones como el metaverso o
la inteligencia artificial, pero también en la apuesta por sus espacios
físicos, una gran oportunidad de continuar enamorando a sus estudiantes.
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En definitiva, son
tiempos apasionantes para el futuro de la educación en los que surgen un gran
número de oportunidades para las instituciones formativas. Posicionarse como
centros de producción de talento, pero también como generadores de
experiencias, será un reto que solo se podrá superar siendo conscientes y
actuando en consecuencia.
Enlace del informe aquí
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